2.8.07

Diálogo improvisado conmigo mismo

A-El día que intenté tocar la nube me levanté a las cinco de la mañana, y en la playa el mar helado quemaba las plantas de mis pies.
B-Entonces soñabas, y creías que el atardecer se hizo para los enamorados y la luna para los muertos sin tierra, como para la bombilla está la luz. Ése fue el error. Ese fue tu error.
A-Crees que cumples con decirme eso, pero cuando duerme el pecado bajo la piel la oración es estéril.
B-Parece que sabes mucho de oraciones.
A-Sé que cuando un hombre chilla y se arranca los ojos no lo hace por gusto, sino porque un hilo le tira de las venas y le arrastra a una dimensión virtual en la que la esperanza forma toda realidad.
B-Uno no se puede abandonar a la esperanza.
A-¿Nunca oíste que mientras hay vida hay esperanza?
B-Tanto he oído que confundo los ecos de las palabras, dónde empiezan y acaban las frecuencias de sus letras, pero gracias a ello sé que lo que es, es.

1 comentario:

manuel dijo...

obviamente, no por gusto se arranca uno los ojos